miércoles, 12 de agosto de 2015

En el episodio de hoy de La Güeli y sus locuras: Porque si me cambiasel color de la maraca (celular de mi abuela), ya no lo sé utilizar.

En el episodio de hoy de La Güeli y sus locuras: Porque si me cambias el color de la maraca (celular de mi abuela), ya no lo sé utilizar.




Resumiendo:

AYER
Mami: Melissa, tu abuela no contesta el teléfono. La llevo llamando hace rato.
Melissa: Deja intentarlo… (Llamo varias veces y nada.)
Mami: Me da miedo que algo le haya pasado en el ‘mall’. Please, vete a ver.

Salgo disparada de la oficina, llamando insistentemente a Güeli. No contesta. Miro el banquito en que suele sentarse a esperar… nada. Me bajo, comienzo a recorrer el mall comenzando por Walmart, llego a Econo y allí estaba, en el banco del otro lado haciendo nuevas amigas.

Melissa: (muy molesta) Estábamos preocupados bla, bla, bla (todas las cosas que uno dice luego de unos 25 minutos de infierno).
Güeli: (como si nada) El teléfono no sonó. Ese teléfono nuevo no sirve.
Melissa: (cojo el teléfono y veo 16 llamadas perdidas, sólo desde mi número) Es el mismo tipo de celular…

HOY

Melissa: Güeli, vamos a ver qué está pasando con tu celular. Búscalo.
Güeli: Aquí está. Nena, yo no entiendo esa cosa.  (Es la misma maraca  que tenía antes, sólo que menos anticuada estéticamente)
Melissa: (Marco su número desde el mío. La música suena con un volumen razonable, lo suficiente para escucharlo desde dentro de la cartera)
Gueli: Ay, pero si YO ESCUCHABA ESO (lo tengo que poner en mayúsculas porque por poco me muero) todo el tiempo. Lo que pasa, Nena, es que como no es la música del que era mío, no contesté.
Melissa: (mejor no decir nada para no insultarla, pero en mi mente $@$$%%#,@@$@, #@#@!!!!!!!!!!!!!!!!!!)
Güeli: No es mi culpa. Yo no entiendo esa cosa (la misma maraca de antes con otro color). No lo sé ni contestar.

Bueno, en resumidas cuentas le puse un ‘ringtone’ de tango, como le gusta. La hice escucharlo 6 veces para que lo aprenda a reconocer. Le doy un ‘crash course’ del celular. Cuando finalmente entendía una cosa, la otra la olvidaba. ¡POR DIOS SANTO, QUE ES EL MISMO CELULAR!  Así que recurrí a la medida desesperada, le identifiqué cada uno de los botones importantes, y le puse su número de teléfono (que nunca recuerda), en la parte de atrás. Si la próxima vez no contesta,  por mi madre, lo de ella es intencional. Ustedes están de testigos.

Familia Bird Collado Cristina Bird

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